Pasadas las fiestas, recogido el árbol y el belén y, espero, libre ya nuestra mesa de turrones y polvorones, llega el momento de plasmar nuestros propósitos para el 2014 y creo que el primero de ellos, para que no llegue el 2015 y sigan en aquel papel que con tanta ilusión pusimos en enero en nuestro tablero de corcho, debería ser que este año cumplan los requisitos imprescindibles de cualquier objetivo, es decir, ser concretos, factibles, medibles y estar acotados en el tiempo.
¿Cumplen estos requisitos tus retos del 2014?
Aunque, como ya sabes si eres seguidor de mi blog, para mí el verdadero "comienzo de año" se equipara al "comienzo del curso" y por ello me encanta septiembre, reconozco el encanto que tiene cambiar nuestro consumido calendario de pared o de escritorio (sí, lo reconozco, os sonará arcaico pero me encantan los calendarios de siempre con sus anotaciones y esos alegres círculos que señalan las fechas especiales para cada uno) por otro con ese inconfundible olor a papel nuevo, con sus doce páginas esperando a ser arrancadas poco a poco mientras se desea que el mes que entra se cumpla algo que anhelamos, y sus grandes números rojos y negros que irán siendo rodeados por anotaciones sobre citas, proyectos e incluso "emoticones" caseros que reflejarán los sentimientos que nos ha dejado el día.
Además, este año tengo un calendario muy especial de la Asociación Nacional de Hipertensión Pulmonar que me ha regalado mi amiga Rebeca y que, bajo el lema "Soplos de motivación", va desgranando cada mes una reflexión que, si os parece, iré compartiendo con vosotros...
Y, para qué veáis que sigo al pie de la letra la primera recomendación de mi calendario, "Empieza un nuevo año con la ilusión de disfrutar de las pequeñas grandes cosas", ¿qué me dices de la ilusión de estar largos minutos hojeando y manoseando en la papelería agendas para ver cuál será la afortunada elegida que nos acompañará durante este nuevo año?
Sé que es algo que horrorizará a todos los amantes de las nuevas tecnologías como mi hermano Javi, pero yo no puedo vivir sin una agenda en papel que me acompañe a todas partes (aunque acabe el año como la del 2013...¡por fascículos!). Cuando termina el año, por estropeada que esté, la guardo como a una vieja amiga y, aunque no suelo volver a menudo a ellas, sé que atesorarán para siempre muchas cosas de ese año que ya se ha ido. Algunas de las más queridas son las agendas de mi etapa en los centros de mayores, abarrotadas de anotaciones sobre medicamentos, menús y patologías pero, sobre todo, de nombres,que traen a mi memoria rostros llenos de arrugas que se iluminaban cuando tenías unos minutos para escucharlos, sonreírles y sostener esas manos que tanto habían acariciado a los suyos pero ahora se veían huérfanas de cariño... No he conseguido que esta cercanía me la dé una tablet o un smartphone...
Así que espero que mi calendario y mi agenda elegidos para este año, cuando el 2015 se asome a la puerta, también estén llenos de nombres, caras, recuerdos, objetivos conseguidos y proyectos para el futuro como los que os animo a empezar a anotar ahora en vuestro móvil, tablet o portátil, si sois de los que no cargan como yo con papel y boli ;)
Después de esto os estaréis preguntando si he dejado la nutrición y me he pasado al ramo de la industria papelera ... os pido disculpas, pero es que me gusta compartir con vosotros (como me gustaría que hiciérais conmigo) esas "pequeñas grandes cosas" de las que disfruto a diario...
A lo que quería llegar, prometo que ya me centro, es a que vamos a empezar a establecer juntos una serie de hábitos que intentaremos conseguiremos que arraiguen en nuestro día a día y nos acompañen ya para siempre, sin ningún esfuerzo por nuestra parte, pero sumando pequeños beneficios para nuestra salud que se sumarán para convertirse en grandes mejoras de nuestra calidad de vida.
Para ello, os invito a que recordéis cómo se establece un hábito y que los expertos (que hay expertos para todo) nos informan de que 21 días es el período de tiempo clave para conseguirlo. Hasta ahora, nos habíamos propuesto varios retos que, si has sido constante y sigues este blog desde sus inicios, ya deben formar parte de tu rutina diaria. ¿Los recuerdas? Eran los siguientes:
- Beber en ayunas al levantarse un gran vaso de agua con unas gotas de limón
- Tomar una infusión antes de dormir
- Beber 2 litros de agua repartidos a lo largo del día (si no padeces problemas renales)
- Repartir la ingesta diaria en 5 comidas (3 principales y dos tentempiés)
Ahora debes ser sincero y plantearte si de verdad convertiste los retos en hábitos o si deseas retomar alguno de ellos. Ten en cuenta que cumplen los requisitos de los que hablamos en el inicio de esta entrada:
- Son concretos: no hay dudas en cuanto a lo que se está proponiendo conseguir ¿verdad?
- Son factibles: no creo que nadie los considere unos objetivos inalcanzables...
- Son medibles: al ser concretos, podemos tener claro al final del día si los hemos cumplido o no para dejar la marca en el calendario cuyo color nos indicará si continuamos la cuenta atrás de los 21 días o volvemos a la "casilla de salida".
- Están acotados en el tiempo: nuestro propósito es conseguir establecer el hábito en 21 días.
Por tanto, ya solo queda que pases a la acción, reflexiones y decidas cuál de estos hábitos, si no lo has hecho ya, quieres incorporar a tu vida porque el próximo lunes te propondré un nuevo reto que, aunque de las tres cosas que según canta mi tocaya hay en la vida, no puedo asegurar que ayude con el dinero y el amor, tu salud seguro que te lo va a agradecer y, como dijo Schopenhauer, "La salud no lo es todo pero sin ella, todo lo demás es nada".
¡Cuéntame si conseguiste alguno de los retos y ya es un hábito en tu vida!
2 comentarios :
Gracias Cristina por esta entrada inspiradora.
¡Gracias a ti!
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