Pensaba que en agosto, al menos en España, todo quedaba en stand by. Si tienes algún asunto oficial que solucionar, olvídate de ello durante este mes... que el mundo está de vacaciones. Pero... ¿descansan todos? ¡No! los infatigables reenviadores de bulos siguen al pie del cañón "velando por nosotros"...
Yo también necesito, aunque sea agosto y me imagine que no os apetezca mucho pensar, que sepáis toda la verdad...
A ver... Si, parece que llevo todo lo necesario para la playa: toallas, protector solar infantil 50 con color y olor a...¿plátano?, pañuelos de papel, picoteo de media mañana, una bolsa enorme llena de cubos, palas, rastrillos y moldes con los que podríamos en una mañana derribar el "mamotreto" de Las Teresitas y construir un segundo auditorio para Tenerife ... Repaso mentalmente mientras mis ocho pequeños sobrinos me observan, preguntándose seguramente por qué los adultos tardamos tanto en estar preparados para salir de casa.
Un momento...¡agua! Menos mal que hace unas horas guardé una botella grande en el congelador para que cuando llegue el momento de beberla en la playa no parezca un caldo (sí, sé que existen las neveras portátiles pero...¿no crees que es mucho pedir que cargue también una de esas?).
En ese momento, cuando ya los niños ansiosos empiezan a abrir la puerta de casa, el móvil me avisa de dos cosas: la primera, que me ha llegado un correo y, la segunda, que me lo iba a dejar olvidado enchufado al cargador (algo tan común en mí como incomprensible e imperdonable, a partes iguales, según mi hija).
" Un segundito niños", digo para consternación de mis pobres pitus," ¡que me olvidaba el móvil!" Me desplazo como puedo con todo mi cargamento playero (si suelto algo seguro que lo olvido) hasta el teléfono, lo desenchufo y deslizo el dedo sobre la pantalla para, mientras todos van saliendo, comprobar que no sea nada importante (confieso que por más que leo sobre productividad y la necesidad de desconectar en los momentos de ocio...¡me cuesta llevarlo a la práctica!).
Me quedo clavada en el sitio: un mensaje con tamaño de fuente de al menos 40 y colores que intentan ser tan impactantes como el mensaje, me advierte de que ¡congelar las botellas de agua produce cáncer! Y yo me iba a la playa tan feliz, a jugar no sólo con las olas y la arena sino con la salud de esos inocentes ocho niños que confiaban en su tía Cris... Es más, ¡también produce cáncer calentar alimentos en el microondas utilizando recipientes de plástico o papel film!
Pero que no cunda el pánico, un rápido vistazo al presunto bienintencionado aviso basta para que me dé cuenta de que tiene toda la pinta de ser un bulo o hoax como el del pollo con arsénico y tantos otros que inundan nuestra bandeja de entrada.
Mientras tarareo con los niños la canción del verano de camino a la playa (¿dónde quedó el "hola Don Pepito"?, ahora niños de 4 años se saben la poco infantil letra del último éxito de Enrique Iglesias...) voy repasando todo lo que me ha parecido sospechoso del mensaje recibido: decir que se basa en una actualización de una institución de prestigio sin el correspondiente enlace al artículo original, sin fecha, anónimo, por supuesto las consecuencias de no seguir las advertencias son enfermedades temidas como el cáncer y, lo que no puede faltar en un hoax que se precie, con una petición final de reenvío "a cualquier persona importante en tu vida" (a los que no nos importen... ¡dejémoslos que enfermen!).
Este es el correo que me llegó (he reducido el tamaño de fuente y eliminado las imágenes para que no resultara demasiado voluminoso... pero seguro que te haces una idea de la versión original)
"Actualización sobre el Cáncer de John Hopkins.
En primer lugar, algo que tienen en común todos estos bulos es que hacen referencia a alguna institución importante, que sería la supuesta fuente de la información que se vierte. En este caso, se hace referencia al Hospital John Hopkins y aún siendo magnánimos y aceptando que el haber escrito mal el nombre (es Johns Hopkins) sea una simple errata, no cuesta nada, acudiendo a la página web de este centro , encontrar los distintos desmentidos publicados en 2004 y 2008 precisamente por la extraordinaria difusión de este bulo y la alarma que causó.
Seguro que ahora estás preguntándote cómo es posible que lo desmintieran en 2004 si hemos recibido el aviso diez años después como una "actualización" y frases del tipo "recientemente Edward Fujimoto..." que nos hacen pensar que estamos conociendo poco menos que una primicia mundial... Pues te diré que con, una mínima investigación en la red, descubrimos que este mismo mensaje o versiones muy similares llevan circulando desde ¡2002! (y quizás no he encontrado la más antigua), así que lo de "recientemente" y "actualización" estaría totalmente fuera de lugar, aunque la noticia fuera cierta. A partir de la primavera de 2004 es cuando se incluye la alusión al Johns Hopkins porque, como cualquier bulo que se precie, va "enriqueciéndose" con el tiempo.
Nos hablan también de un tal Edward Fujimoto, gerente del programa de bienestar del Hospital Castle. Entrando en la web de este Hospital de Kailua (Hawai) solo logramos encontrar aun Fujimoto, pero se llama Patrick y es anestesista. De todas formas, dado lo "reciente"del comunicado, puede que este señor no trabaje allí desde hace años, así que sigo investigando y encuentro un artículo donde se desmonta un bulo similar y se presenta un curriculum deEdward Fujimoto afirmando que sí concedió la entrevista de la que se habla en nuestro correo pero en el año 2002. De todas formas, parece que este señor no es médico ni investigador y lo más lógico es que sus declaraciones estuvieran apoyadas por enlaces a estudios rigurosos hechos por profesionales de la ciencia; de otro modo, sus afirmaciones tienen la misma validez que las que pudiéramos hacer en un medio de comunicación cualquiera de nosotros ¿o no?
Así que, por ahora, no parece que el mensaje sea muy riguroso pero, lo que de verdad importa es si el contenido del mismo guarda algo de verdad: si es cierto que no debemos congelar botellas de agua ni calentar comida en el microondas aunque usemos recipientes y coberturas de plástico aptas para tal fin.
¿Qué son las dioxinas y cómo se forman?
El término dioxinas suele usarse para designar a dos tipos de contaminantes orgánicos ambientales: las dioxinas (PCDD) y los furanos (PCDF). De los más de 200 compuestos incluidos en estos grupos se ha considerado que 17 son tóxicos por actuar como carcinogénicos y/o disruptores endocrinos (sustancias químicas que alteran el equilibrio hormonal del organismo).
Se generan por combustión de distintos compuestos como el PVC y por combustión incompleta de materia orgánica (por ejemplo en un incendio forestal); además es necesaria la presencia de cloro y de temperaturas entre 400 y 700 ºC (muy superiores a las que se alcanzan en un microondas).
Principalmente las dioxinas pasan al medio ambiente tras la quema de basuras y a partir de reacciones químicas que se realizan para la fabricación del papel o la fundición del metal, entre otros. Una vez formadas son muy persistentes en el medio ambiente y pasan a la cadena alimentaria acumulándose en la grasa de los animales; de hecho, la mayor exposición que sufrimos a estos contaminantes se produce a través de los alimentos. Por supuesto, los países desarrollados, entre ellos los de la UE, tienen legislación específica para controlar el vertido al medio de estos contaminantes así como la concentración de los mismos en las grasas animales destinadas a la alimentación.
Por tanto, aunque todos estamos expuestos a las dioxinas, esta exposición se encuentra controlada y no es suficiente como para afectar a nuestra salud.
¿Pueden formarse dioxinas en el microondas?
Una recomendación clave y que seguro que todos atendemos es la de utilizar en el microondas sólo aquellos recipientes, de plástico u otro material, aptos para ello. Si partimos de este punto y dado que estos plásticos usados en alimentación no contienen dioxinas y que la temperatura no es lo suficientemente alta como para que se generen, no hay motivo de preocupación.
En cuanto al papel film que utilizamos para tapar recipientes en el microondas, hay que tener en cuenta que también se deben usar los que se indique que son aptos para ello. En un principio eran de PVC (cloruro de polivinilo), pero debido al riesgo de migración de componentes tóxicos a los alimentos, fue sustituido por el de PE-LE (polietileno de baja densidad); esta es la razón de que ahora se adhiera peor que antes a los bordes de los envases (por si te lo habías preguntado cuando intentas infructuosamente tapar bien los restos de la comida antes de guardarla en la nevera).
Conclusión: es totalmente seguro calentar la comida en recipientes aptos para almacenar alimentos y para usar en microondas así como el uso del papel film en las mismas condiciones. Seguro que sabes que los símbolos que indican estas dos características son los siguientes:
¿Y meter las botellas de agua en el congelador?
Las botellas de agua están fabricadas con PET (tereftalato de polietileno), que no contiene dioxinas, lo cual unido al hecho de que nunca se ha visto que estos contaminantes se originen por congelación, deja esta parte del bulo como lo que es, un mensaje alarmista sin fundamento alguno. Así que podemos seguir enfriando las botellas en el congelador sin problema.
Si yo fuera el creador del hoax añadiría algo más porque...¿acaso no congelamos todos el hielo para nuestras bebidas en cubiteras de plástico o incluso en bolsas de plástico con forma de cubitos que a saber de qué están hechas? ¿Y esos moldes tan monos que utilizamos para preparar a los niños polos con zumo de frutas, yogur o su refresco favorito? Y al congelar la comida en un táper... ¿no pasarían también las dioxinas a los alimentos (sobre todo si es un guiso de nuestra abuela, rico en grasas)? Es más, ¿no son muy magnánimos dando por buenas las "toallas de papel"? ¿Acaso no saben la cantidad de dioxinas que se liberan al medio en su blanqueamiento? ¡Las dioxinas nos acechan!
¡Señores creadores de bulos: aún se le puede sacar mucho jugo a este asunto! Eso sí, no será a costa de ésta que les escribe y espero que tampoco a costa de los lectores de este blog.
Y ahora, para terminar, y aún a riesgo de me enviéis a la bandeja de spam si sólo leéis esta última frase, me voy a dar el gustazo de deciros:
Por favor reenviad este artículo a todos, tanto si os importan como si no ;)
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4 comentarios :
Muy bueno. Se lo mando a todos los que tengo en la lista de destinatarios.
Ya me has quitado un peso de encima con el hielo del güisqui de todas las noches o del vino de verano de los mediodías. Y cuando esté de Rodríguez podré utilizar el micro sin la presión nerviosa de estar contrayendo una enfermedad incurable por comerme una lata de fabada.
Y en serio. ¿Por qué circulan esos correos? ¿Sólo por ignorancia o también por asustar a las gentes, por mala milk, vamos?
Saludos. Emilio
Hola Emilio
Cualquiera sabe quién y por qué inventa estos bulos, pero lo que está claro es que, si el primero que lo recibe se informa y no lo reenvía, la cadena se rompe, pero reconozcamos que muchas veces nos gusta más difundir noticias malas que buenas (cosas de los seres humanos...).
En caso de no tener conocimientos sobre el tema o no poder acceder a una fuente fiable (también es complicado distinguirlas), lo mejor es no reenviar nada que nos pidan que reenviemos (a excepción de este post, claro jaja).
Un saludo
Qué bueno Cristina!!!
Muchas gracias, como siempre, por tu dedicación y ayuda. Nos simplificas la vida... ...ya sabes lo cómodo que es que otro haga la investigación por ti.
:o)
He hecho la conveniente distribución de esta entrada de tu blog para que tu trabajo llegue lo más lejos posible.
Saludos
¡Gracias Ana, por tu fidelidad como lectora y por el reenvío! ;)
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