Di adiós a la operación biquini


“Adelgaza 5 kg en 10 días”, “Estupenda para el verano con las pastillas XXX”, “La dieta del Dr. ZZ para perder 10 kg antes del verano”, “Operación biquini con la dieta que hace furor en EEUU: dieta de las 8 horas”, y… la mejor de todas: “Baja los kilos acumulados en invierno comiendo todo lo que quieras”,…

 Estos son sólo algunos de los mensajes que nos bombardean desde todos los medios ahora que la primavera se va imponiendo al invierno y debemos despojarnos de esas capas de ropa que han escondido los excesos cometidos desde el último verano.
Cada año por estas fechas se repite la misma historia y yo me pregunto… ¿Es posible que año tras año sigamos cometiendo los mismos errores? ¿No es absurdo que cada primavera caigamos en las redes de la dieta milagro de moda y sometamos a nuestro cuerpo al estrés de un régimen disparatado? Sobre todo, teniendo en cuenta que en cuanto comenzamos las vacaciones olvidamos los buenos propósitos y recuperamos rápidamente más peso del que habíamos perdido…

Las dietas que nos prometen grandes bajadas de peso en pocos días suelen llevar apareada la restricción severa de algún grupo de nutriente, una merma exagerada de las calorías ingeridas o incluso ambos despropósitos. Lo primero produce malnutrición, con diferentes y graves consecuencias, y una insuficiente ingesta de calorías tampoco conseguirá el beneficio deseado, como veremos a continuación.

Cuando las calorías ingeridas disminuyen drásticamente, el organismo empieza a  utilizar el glucógeno almacenado en el hígado para convertirlo en glucosa y movilizar sus reservas de energía. Pero estos depósitos de glucógeno son limitados y cuando se agotan el cuerpo comienza a consumir sus propias proteínas, dando lugar a atrofia y debilidad muscular, además de generar gran cantidad de urea y ácido úrico y provocar la pérdida de agua y sales minerales. En la báscula, interpretaremos felices que nuestra dieta de moda está dando resultado, que estamos perdiendo toda la grasa acumulada, cuando en realidad estamos perdiendo agua, que obviamente recuperaremos en cuanto bebamos, y masa muscular, desafortunadamente más difícil de recuperar.

Este archiconocido “efecto yo-yo” va dando lugar a una instalación progresiva de la obesidad, por un proceso repetido de adelgazamiento y recuperación de un peso superior al perdido. Otros efectos observados en los estudios realizados son que el colesterol bueno baja, aumentando el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, y que, además, suelen aparecer trastornos de tipo depresivo o desórdenes de la conducta alimentaria derivados de la decepción que conllevan tantos fracasos repetidos.

Debemos tener también en cuenta que cuando el organismo se encuentra sometido a una fuerte restricción de calorías o  “período de hambruna”, entra en un estado de ahorro de energía donde intenta acumular todo lo que ingiere ante la previsión de escasez de alimento. Así, cuando intentamos comer normalmente de nuevo, nuestro organismo seguirá instalado en este “modo ahorro” que es el que hará que recuperemos más peso del que habíamos perdido y que cada vez nos sea más difícil adelgazar.

Entonces, ¿cuál es la alternativa a la nefasta “operación bikini” siempre asociada a las dietas en auge del momento? Pues, como todos sabemos, aprender a comer bien y llevar una alimentación equilibrada durante todo el año acompañada de algo de ejercicio físico. Si ahora no partimos de la situación ideal, lo mejor será dejarnos asesorar por profesionales que confeccionen una dieta a nuestra medida con la que la disminución de peso sea gradual, racional y por tanto duradera, y nos permita decir adiós para siempre a la “operación biquini”.

¿Qué opinas? ¿Cuál es la “dieta milagro” más curiosa que conoces?







4 comentarios :

Anónimo dijo...

¿Pero seguro que no hay ningún truquillo para perder los kilos más rápido aunque sea de manera sana?

Cris dijo...

El mejor truco es no esperar, empezar ya a cambiar los malos hábitos y adoptar unos buenos. Un día de estos hablaremos de cómo convertir una forma de actuar en hábito para incorporarlo a nuestra vida diaria.
Siempre hay pequeños gestos(no tan pequeños a veces, porque cuestan) como sustituir azúcar por edulcorantes, eliminar los hidratos de carbono de la cena, beber 2 litros de agua al día, cambiar los productos refinados por integrales, realizar alguna actividad física (aunque poco al principio pero cada día),...
No intentes cambiarlo todo a la vez. Empieza proponiéndote un pequeño reto cada semana y verás como poco a poco formarán parte de tu vida.
¡Gracias por leerme!

Anónimo dijo...

me ha parecido muy acertada esta entrada puesto que muchas personas con problemas de peso lo que quieren es bajarlo todo en una semana y no volver a engordar nunca más, cuando lo que de verdad importa como has dicho es mantenerse saludable.

Cris dijo...

Tienes razón y , aunque todos somos conscientes de ello, cada año nos vuelven a tentar con la promesa de bajar lo que hemos subido en el invierno rápido y con el menor esfuerzo posible ¿verdad?
Un saludo y gracias por leerme

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