Dietas para adelgazar basadas en la evidencia científica II

Cuando queremos adelgazar, no todo vale: en la entrada anterior  ya hablamos de la importancia de adoptar aquellas recomendaciones nutricionales que estén basadas en la evidencia, es decir, que hayan pasado por el tamiz de estudios científicos. Según el tipo de estudio y sus resultados se les daba un grado de recomendación que, de mayor a menor, podía ser grado de recomendación A, B, C o D; nosotros nos centramos en los grados de recomendación A y B.

Hoy  vamos a dedicar el artículo a aquellas evidencias que, tras compilar los estudios que sobre ellas se han llevado a cabo, resultan controvertidas o no arrojan luz suficiente como para convertirlas en recomendaciones nutricionales para adelgazar. Ello no quiere decir que sean insalubres, simplemente que no se ha demostrado que ayuden a perder peso y, en la mayoría de los casos, los investigadores y profesionales de la nutrición demandan más estudios sobre el tema para poder llegar a recomendaciones basadas en la evidencia que puedan ser aplicadas en la práctica profesional.

¿Quieres conocerlas?




Cuando la FESNAD (Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética) y la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) se pusieron de acuerdo para elaborar un documento de consenso en que se reunieran las recomendaciones nutricionales para la prevención y el tratamiento del sobrepeso y la obesidad en adultos, quisieron incluir también aquellos consejos comúnmente aceptados que no cuentan con suficiente respaldo científico y que, por ello, no se pueden constituir como verdaderas recomendaciones con un cierto grado de evidencia. Como ya hemos dicho, ello no quiere decir necesariamente que sean  pautas poco saludables, sino simplemente que, a fecha de hoy, no hay estudios que evidencien que ofrecen resultados positivos a la hora de perder peso.

Veamos algunas de ellas:
  • "Son controvertidas e inconsistentes las investigaciones que estudian la relación entre la omisión del desayuno en adultos y el riesgo de sobrepeso y obesidad". Yo soy de las personas que no pueden "empezar a funcionar" si no desayunan nada más levantarse, pero en consulta me he encontrado con muchísima gente que empieza su jornada con apenas un café en el estómago. Siempre he creído en los beneficios del desayuno, pues tras una media de 8 horas sin comer, el organismo necesita empezar a ponerse en funcionamiento, pero es verdad que hay personas incapaces de ingerir algo hasta que transcurren unas horas desde que se han despertado. En este caso, dejarán el desayuno para las 10 u 11 de la mañana, pero seguirá siendo un desayuno; lo que no sería saludable es ayunar desde la cena hasta el almuerzo del día siguiente, y, seguramente, contraproducente si el objetivo es adelgazar, ya que hay estudios que defienden que este ayuno activaría los mecanismos de acumulación de grasas. En esta afirmación del documento SEEDO-FESNAD lo que se pone de manifiesto es que no hay evidencias de que desayunar o  dejar de hacerlo ayude a adelgazar, pero no se niega la importancia de esta comida.

  • "Las investigaciones que estudian la relación entre la frecuencia de comidas y la variación de peso corporal son inconsistentes". En este punto ocurre lo mismo que en el anterior: porque no se haya demostrado que adoptar una u otra  frecuencia de ingestas a lo largo del día adelgace o engorde, no quiere decir que no sea más saludable un reparto de unas 5 porciones de menor cantidad de comida al día que una o dos copiosas como vimos en este artículo. La literatura científica incluye estudios que concluyen que comer a menudo  puede producir mejoras en los lípidos sanguíneos (colesterol total y LDL o "colesterol malo"), así como en el perfil glucémico, pero siempre que hablemos del consumo de alimentos saludables. Por otra parte, también se ha demostrado que los pequeños y frecuentes ayunos se asocian a una activación de los mecanismos de almacenamiento de grasa, lo cual vendría a apoyar la opción del reparto de comidas a lo largo del día.

  • "Las evidencias referidas al consumo de proteína total ( así como de si la proteína es animal o vegetal) y su efecto en la variación de peso o en la prevención de exceso de peso en adultos, son insuficientes para establecer ninguna recomendación". Los estudios en este campo son muy pocos, aunque con respecto a las proteínas sí se afirma que, aunque las dietas hiperproteicas pueden inducir a corto plazo (menos de 6 meses) mayor pérdida de peso que una dieta convencional rica en hidratos de carbono, no induce a largo plazo (más de 12 meses) una mayor pérdida de peso que dicha dieta convencional.
  • Las evidencias disponibles indican que la suplementación con calcio no está asociada con una menor ganancia de peso", y añade "Las evidencias disponibles indican que la suplementación conjunta con calcio y vitamina D no produce mejoras clínicamente relevantes en el control de peso corporal en mujeres postmenopáusicas". Un grupo de investigadores de la Universidad de Copenhage publicaron  en Obesity Reviews las conclusiones de su estudio: "aumentar la ingesta de calcio en la alimentación diaria puede incrementar la excreción de grasa en las heces y puede jugar un papel relevante en el tratamiento de la obesidad y en la prevención del aumento de grasa corporal". Por otra parte, investigadores del la Universidad de Tenesse, aunque trabajando solo con animales, han postulado que el calcio puede jugar un papel clave en el metabolismo del adipocito (la célula de grasa), inhibiendo la formación de grasa y promoviendo la lipolisis o destrucción de ésta. Sin embargo, el ámbito científico necesita aún más estudios en humanos para llegar a conclusiones y recomendaciones basadas en la evidencia sobre este tema.
  • "Las evidencias referidas al consumo de agua y su efecto en la variación del peso o en la prevención del exceso de peso en adultos sanos son insuficientes para establecer ninguna recomendación" A pesar de los múltiples beneficios que nos aporta una adecuada hidratación como vimos aquí y aquí, también hemos comentado ya en este blog que el agua no aporta calorías y por tanto no engorda, ni tampoco adelgaza. Lo que sí es cierto es que con el agua podemos "engañar" un poco al estómago cuando estamos hambrientos, ya que sí que aporta sensación de plenitud, que podemos hacer menos pasajera y mas duradera si la acompañamos de fibra. Por otra parte, está claro que si sustituimos un consumo habitual de bebidas azucaradas y/o alcohólicas por agua, esto redundará en una pérdida de peso por disminución de las calorías consumidas, pero no porque el agua "adelgace".
  • "No existe evidencia científica suficiente que indique que la dieta mediterránea, en condiciones isocalóricas, origine una mayor pérdida ponderal que otros tipos de dieta en el tratamiento de la obesidad" . No perdamos de vista que estamos hablando de la pérdida de peso; nadie niega los beneficios de la dieta mediterránea en cuanto a salud por la abundancia de fruta y verdura y, sobre todo, por la importancia que tiene en ella nuestro "oro líquido", el aceite de oliva. Actualmente, también se estudian otras dietas saludables como, por ejemplo, la china, basada en comidas bajas en calorías en las que se combinan arroz y fideos con pequeñas cantidades de grasa y proteína y muchos vegetales de la familia de las crucíferas como col y brécol, y la japonesa, cuya riqueza en omega 3 parece ser la responsable de la longevidad , la buena función cerebral, los pocos problemas cardiovasculares y el bajo índice de obesidad de que disfruta la población de este país asiático.
Como vemos, la imposibilidad de establecer recomendaciones basadas en la evidencia con respecto a estos temas, se debe más bien a la escasez de estudios suficientes, pero, como hemos visto, la mayoría son temas de los que se pueden extraer beneficios para la salud si dejamos aparte la pérdida de peso.

Sin embargo, y afortunadamente, no  ha perdido el tiempo la ciencia intentando encontrar evidencia científica alguna en  dietas cuando menos peregrinas, como estos curiosos ejemplos:
  • La dieta semanal del color, en la que cada día de la semana se come  alimentos de un solo color y  que llevada al extremo sería la dieta de la cantante Mariah Carey: comer tres días a la semana sólo alimentos de color púrpura...(por cierto, ¿se os ocurren muchos?)
  • La dieta del signo zodiacal, en la que a todos los signos se recomienda diferentes alimentos saludables como carnes blancas, cereales integrales, frutas y verduras y se les aconseja evitar azúcares y grasas...original ¿no?
  • Muy curiosa es la dieta de la cantante de ópera japonesa Kumiko Mori  que consiste en desayunar un plátano con agua templada, hecho lo cual tienes permiso para comer todo lo que quieras en almuerzo y cena siempre que cumplas dos requisitos: no tomar postre y acostarte antes de medianoche... sin comentarios.
    ¿Estaría la Cenicienta siguiendo la dieta de Kumiko Mori?
Aunque nos pueda parecer que estas dietas "caen por su propio peso", hay personas que, en su desesperación por conseguir resultados rápidos o por la influencia que ejerce en ellos el hecho de que sean dietas realizadas por famosas a las que admiran, las acogen como la solución a sus problemas de peso sin tener en cuenta las graves consecuencias que puede tener para su salud jugar con la nutrición. Es por eso que, desde este blog, intentamos que todos pongamos los pies en la tierra, dejemos de creer en dietas milagro y nos pongamos en manos de un profesional si no tenemos claro qué tenemos que cambiar en nuestra dieta para verdaderamente estar "Comiendo Salud".


*Para más información, puedes descargar el documento de consenso SEEDO-FESNAD completo en el siguiente enlace. 

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Me ha parecido otra vez muy interesante, claro que algunas cosas no las entiendo del todo. pero me he fijado en lo del calcio y en otra cosa sencilla, lo del agua. A parti de hoy se acabaron los fantas...¡agüita nada más cuanto tenga sed!

Besos de Carmen y sigue por favor.

Cris dijo...

¡Gracias Carmen!
Un saludo

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