Sabemos que la obesidad constituye un factor de riesgo para desarrollar numerosas enfermedades pero, ¿deberíamos considerarla como una enfermedad en sí? ¿Supondría esto alguna diferencia?
Un país como Estados Unidos, a la cabeza del mundo en muchos temas, entre los que también se incluye el presentar unas tasas de obesidad que afectan a más de un tercio de su población, ha decidido considerar éste, hasta ahora calificado únicamente con términos del tipo "grave problema de salud", como una enfermedad en sí misma, esperando que se abran así nuevas vías para luchar contra esta pandemia que azota a las sociedades desarrolladas.
¿Crees que en Europa seguiremos, como en tantos otros asuntos, los pasos de Estados Unidos?
Tras ver cómo en las últimas décadas el crecimiento de las tasas de obesidad en Estados Unidos ha sido alarmantemente constante, desde junio de 2013 la American Medical Association en consenso con otros grupos de profesionales sanitarios, ha reconocido de manera oficial a la obesidad como una enfermedad. Con ello, se intenta que los médicos se impliquen más en su tratamiento y que éste sea cubierto por las compañías aseguradoras, así como concienciar al paciente de que tener un Indice de Masa Corporal superior a 30 constituye una enfermedad en sí misma que, de no ser tratada correctamente, puede lleva,r igual que tantas otras, a la muerte.
Según datos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), más de la mitad de la población europea está lejos de su peso saludable, presentando sobrepeso u obesidad. En España concretamente, el Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular (ENRICA ) refleja que un 39% de la población adulta española presenta sobrepeso (IMC=25-27) y un 23% obesidad (IMC>30). En cuanto a la población infantil española, según datos de la Encuesta Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad,se calcula que casi uno de cada 3 niños sufre exceso de peso (21.2% sobrepeso y 7.1% obesidad), cifras muy preocupantes que nos acercan a los valores que se dan entre la población infantil norteamericana.
El problema está en que el sobrepeso no es puramente un problema estético como algunos se empeñan en defender quizás para no luchar contra él. Frases como "me siento bien así" "soy una persona sin complejos y a quien no le guste que no mire" o "soy un gordito feliz" esconden muchas veces un querer cerrar los ojos ante el problema que representa el exceso de peso y las consecuencias que termina acarreando para la salud del que lo padece.
Así, problemas que se relacionan con el sobrepeso y la obesidad son tan graves como:
- Enfermedades cardiovasculares : arterioesclerosis (endurecimiento de las paredes de las arterias), aterosclerosis (estrechamiento de la luz de las arterias por depósito de placas de ateroma), hipertensión arterial, arritmias, infarto agudo de miocardio, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardiaca,...
- Diabetes tipo 2: la mayoría de los que desarrollan esta enfermedad tienen sobrepeso y es una de las causas principales de insuficiencia renal y ceguera, entre otras numerosas y graves consecuencias
- Cáncer: está comprobado que sobrepeso y obesidad aumentan el riesgo de padecer diversos tipos de cáncer entre los que se encuentran el de mama y el de colon.
- Problemas de infertilidad: la obesidad afecta tanto a las hormonas femeninas como al esperma haciendo que las parejas en que uno o los dos tiene problemas graves de peso tengan más dificultades a la hora de concebir un hijo.
- Osteoartritis: se ha encontrado una correlación entre el IMC y y el riesgo de desarrollar osteoartritis o artrosis en las rodillas y esto se explicaría fácilmente por el mayor deterioro que sufren estas articulaciones al soportar un exceso de peso. Pero, además,se ha visto que la obesidad es también un factor de riesgo a la hora de desarrollar osteoartritis en articulaciones que no soportan peso, así que la explicación debe ser más compleja que la dada para el caso de las rodillas.
- Apnea obstructiva del sueño: peligrosa afección en la que se interrumpe momentáneamente la respiración durante el sueño que está directamente relacionada con el IMC. Para explicar esta relación existen distintas teorías que no tienen por qué no coexistir, siendo la más sencilla la mecánica: un exceso de masa corporal alrededor del abdomen presionaría la pared del pecho en posición supina, a lo que se sumaría el colapso de los músculos de la garganta por el esfuerzo adicional al que se ven sometidos al intentar mantener alejado de las vías respiratorias el exceso de tejido blando que rodea el cuello cuando existe obesidad.
- Trastornos psicológicos: a ninguno se nos escapa que las tasas de obesidad crecen a la par que lo hace la presión ejercida por la publicidad y la sociedad en general para que nos mantengamos delgados (a veces llegando a límites nada saludables). La obesidad se ha convertido en un estigma social y supone un importante costo emocional para el obeso, que acaba desembocando en muchas ocasiones en problemas de pérdida de autoestima, dificultad para establecer relaciones sociales, aislamiento, depresión, ansiedad, ... ( ¿Te has parado a pensar que, de todos los problemas de salud que acarrea la obesidad, en este podemos desempeñar todos un papel muy importante, tanto para bien como para mal?).
Por todo esto, la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) pide que sigamos el ejemplo de Estados Unidos y declaremos en España, y en otros países europeos con altas tasas de sobrepeso, la obesidad como enfermedad crónica y sea así incluida en los presupuestos públicos para el sistema sanitario. Afirman que esta sería una forma de que los pacientes pudieran acceder a los tratamientos para su sobrepeso evitando así el gasto posterior que supondría que las comorbilidades asociadas a la obesidad los hicieran para siempre dependientes del sistema sanitario.
Y digo yo... si adoptamos costumbres norteamericanas tan alejadas de nuestras tradiciones como la fiesta de Halloween (hace poco leí en Twitter: "que celebremos Halloween es como si en Wisconsin bajaran de romería por el Mississippi al Cristo de los Faroles"), ¿no podríamos también estudiar si vale la pena adaptar a nosotros medidas que puedan beneficiarnos, como muchas que están tomando en Estados Unidos relacionadas con la obesidad?
1 comentario :
Creo que la obesidad es una enfermedad, los obesos no queremos "estar" así (fijaros que he evitado decir "ser" así).
Evidentemente, es un problema estético; y ahora que se acerca el buen tiempo, mucha gente habla de la "operación bikini" o de la "operación bañador".
Pero el verdadero problema, el peligroso, es la pérdida de salud y las consecuencias que tiene la obesidad (desde el riesgo a un ataque al corazón hasta la diabetes tipo 2, pasando por la apnea del sueño y otros muchos problemas de salud).
Y no quiero terminar sin mencionar un punto que creo no se trata en el post: la adicción a comer. A veces digo, medio en serio medio en broma, que yo no fumo, casi no bebo alcohol y no consumo drogas ilegales, pero que soy adicto a los dulces (mi droga es el azúcar). Si un drogadicto está considerado un enfermo, una persona adicta al azúcar (y por lo tanto un obeso) también lo es. Y los adictos al azúcar tenemos que luchar contra toda una publicidad que nos incita a consumirla, una comida precocinada que abusa de la sal, del azúcar y de las grasas malas y unos refrescos que nos dan unos subidones de azúcar (que vendrían a ser como un chute de droga) que hacen que quedes enganchado (lo digo muy en serio, los refrescos de cola, sobre todo uno de una marca muy conocida, crea adicción).
Gracias, Cristina, por tu artículo. Y por dejarnos poner nuestra opinión.
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