¡No invites sólo a tus amigos!: dos iniciativas a imitar

Dos bodas a las que he acudido recientemente han terminado con una grata sorpresa, pues los novios quisieron compartir su alegría no solo con los invitados, sino con mucha más gente desconocida que no sabe de fiestas ni convites, mucha gente para la que subsistir es una lucha diaria...

¿Quieres saber cómo lo hicieron?


Me voy a salir un poquito del tema de este blog, pero, como verás, no del todo. No os voy a contar los estupendos platos que se sirvieron en estas fiestas ni a valorarlos nutricionalmente, pero no puedo dejar pasar la ocasión de contaros cómo los protagonistas hicieron que en sus respectivas celebraciones no sólo comieran los invitados "oficiales" sino muchos otros que, aunque ajenos al evento y ausentes del mismo, lo necesitaban mucho más.

Una boda es una ocasión ideal para celebrar, para reunirse con familiares y amigos y compartir unas horas de risas, baile y, como no, deliciosos platos que los novios han elegido cuidadosamente para que todo sea del agrado de sus invitados. 

Regalo de boda
Mmmm... ¿qué hago con esto?
Se intenta que todo sea perfecto e incluso se idean detalles para regalar a los asistentes para que recuerden siempre el feliz acontecimiento. Es en estos momentos donde nuestros amigos los contrayentes intentan ser originales y dar con un presente que guste a todos... 

Pero ¿cómo hacer que ese precioso cofrecito con dos peladillas y una mini tarjeta con el nombre de los novios no quede olvidado en el mismo bolso que llevamos a la boda hasta la siguiente ocasión en que tengamos que usarlo  o que la pareja de bombones que tan primorosamente (y por un seguramente poco módico precio) fueron envueltos en tules y lazos pasen a formar parte de nuestros menos primorosos michelines, mientras envoltorios y recordatorios quedan abandonados a su suerte?

En las dos bodas de las que os hablo, cuando las preciosas damitas de honor (las sobrinas de los novios), cargadas con cestitas como "Caperucitas blancas" empezaron a repartir obsequios,  los invitados nos llevamos una grata sorpresa, al no acudir a nuestra mente (inconscientemente, eso sí, que me perdonen todos los novios) un, entre resignado y divertido,"¡¿Qué hago con esto?!"

En la primera de ellas recibimos cada uno una cajita de "Pastillas contra el dolor ajeno" y en la segunda unas tarjetas en las que se nos agradecía nuestra presencia y el haber colaborado en diversos donativos a Unicef. ¿Qué te parece?

Ya debes saber que las Pastillas contra el dolor ajeno es una campaña puesta en marcha por Médicos Sin Fronteras para recaudar fondos con el fin de luchar contra las enfermedades que azotan a la población de los países más desfavorecidos. Nadie lo explica mejor que ellos:

"En el primer mundo, si te duele algo hay pastillas para mitigar casi cualquier dolor. Pero... ¿qué pasa si lo que te duele es el dolor ajeno, el dolor de los que no tienen pastillas para curar su sufrimiento?
¿No es genial, que nosotros que tenemos pastillas de casi todo, podamos tomarnos una para calmar el dolor de los que no tienen?"


En el segundo caso, los novios decidieron dedicar el dinero que iba destinado a los regalos de los invitados a hacerlos partícipes de obsequios mucho más útiles (lo cual tampoco era muy complicado...) que Unicef, de parte de todos, llevaría allí donde más se necesiten. 
Incluso eligieron cuidadosamente los regalos y, así, cada niño de la boda regaló a otros menos afortunados que ellos  básculas de bebé, sobres de leche terapéutica, sobres de suplementos de micronutrientes, cuadernos, lápices y balones, mientras en las tarjetas de los adultos leíamos con satisfacción que contribuíamos con sobres de alimento terapéutico, pastillas potabilizadoras y desparasitarias,  vacunas y refrigeradores para su transporte, ... 


Nadie echó de menos el regalito-recordatorio en ninguna de las dos celebraciones, pues siempre quedará en nuestra memoria que a estas bodas fueron invitados muchos desconocidos que, aún sin estar presentes, pudieron recibir una pequeñísima parte de lo que deberían estar recibiendo a diario de parte de este mundo en el que hemos tenido, al contrario que ellos, la suerte de nacer y al que llamamos desarrollado.
¿No crees que es una idea estupenda y que podíamos aplicarla en otro tipo de celebraciones e incluso, ahora que se acerca la Navidad, darnos el regalo de regalar a aquellos que verdaderamente lo necesitan y educar a nuestros hijos enseñándoles a sentir que la alegría de dar es mucho mayor que la de recibirSi te animas a comprobarlo entra en Regalo Azul de UNICEF o en la web de Médicos Sin Fronteras¡Verás qué buenas ideas!

Regalo azul UNICEF


4 comentarios :

Ana dijo...

¡¡¡Buenísima idea!!!
:)

Robin Hood dijo...

Aunque se sale del tema del blog, me parece muy acertado difundir iniciativas como ésta. Las bodas son días de alegría, y qué mejor que compartirla no solo con los amigos y familiares sino también con los más necesitados. Ojalá iniciativas como esta sean seguidas por otras muchas parejas.

Aprovecho para felicitar y desear que sean muy felices esos dos nuevos matrimonios.

resultados quiniela dijo...

Que genial idea

malena dijo...

preciosa iniciativa
alguna vez lo he propuesto como regalo de fin de curso para los profes de mi hija, pero vivimos en una sociedad demasiado superficial y es difícil convencer a 20 y pico padres de la importancia de enseñar a nuestros hijos con hechos, no sólo con palabras...

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