.jpg)
Lo mismo ocurre con la alimentación, y por eso en mi consulta intento siempre que las dietas sean totalmente personalizadas. Un buen plan nutricional debe tener en cuenta, además del problema que quiera mejorar la persona que ha acudido a nosotros, sus gustos, horarios, necesidades y estilo de vida. Sólo así podrá incorporar nuevos hábitos de nutrición saludables sin que su vida diaria sufra trastornos indeseados; únicamente tendrá que poner de su parte un poco de fuerza de voluntad para hacer realidad los cambios positivos que le propongamos. Los resultados que se van observando y la satisfacción de estar disfrutando del proceso harán el resto.
Todo esto ya lo ha aprendido Rebeca, y por eso quiere compartir con nosotros una forma ligera de disfrutar de los helados ahora que se acerca la estación estival y es cuando más preocupados estamos (aunque ya vimos que no debería ser así...) de no excedernos con las calorías. Vamos a ver qué nos propone...
Granizados de frutas
.jpg)
Sorbetes de frutas
.jpg)
Pruébalo con tus frutas favoritas y verás cómo te encanta el resultado. Una forma original de servirlo es dentro de la propia fruta que has utilizado (limones a la mitad como recipientes individuales, medio melón como improvisado bol para llevar a la mesa, ...). No te esmeres con los detalles sólo si tienes invitados...¡tú también lo mereces!
Helados de yogur y frutas
.jpg)
A mí personalmente me encanta el de frutos del bosque con yogur natural. En muchos supermercados encontramos ya congelados distintos frutos rojos (fresas, frambuesas, arándanos,...), por lo que es un postre que podemos preparar en unos minutos y queda espectacular presentándolo con algunas frutas sin triturar por encima o incluso unos frutos secos.
Helados cremosos
Estos son algo más calóricos porque llevan un poco de harina de maíz para conseguir la textura cremosa y a veces yemas de huevo. De todas formas son mucho más ligeros que los helados tradicionales porque sustituimos la leche entera por desnatada, el azúcar por edulcorante y renunciamos a añadirle grasas en forma de mantequilla o similares. Vamos a ver dos ejemplos: helado de chocolate y helado mantecado.
El helado de chocolate queda muy rico con cacao en polvo sin azúcar disuelto en leche que espesaremos hirviéndola con una cucharadita de harina de maíz (cantidad para medio litro de leche). Dejamos enfriar, añadimos edulcorante al gusto y ,por último, para acabar de darle la textura de helado, las claras a punto de nieve. Si no tienes heladera, llévalo al congelador y remueve cada hora para que no se formen cristales de hielo y quede más cremoso. Unos trocitos de nueces, almendras o avellanas por encima lo mejorarán tanto estética como nutricionalmente.
El helado mantecado es también muy fácil de hacer: hervimos medio litro de leche con canela y cáscara de limón, añadimos dos yemas, espesamos con una cucharadita de harina de maíz, edulcoramos y, tras enfriar, incorporamos las claras a punto de nieve antes de meter al congelador. Sácalo media hora antes de consumir para que tenga la textura perfecta y, si quieres hacerlo aún más especial, ralla por encima un poquito de chocolate negro.
Como ves, no hace falta renunciar a nada aunque queramos cuidarnos y, aprovechando que hoy es festivo, voy a alegrar aún más el día con alguna de estas ideas. Seguro que te unes a mí si digo: ¡Gracias Rebeca!
No hay comentarios :
Publicar un comentario