Bueno, como ya habrás adivinado, hablo de tu "Indice Cintura-Cadera", que es una medida antropométrica que evalúa los niveles de grasa intraabdominal y matemáticamente se obtiene dividiendo el perímetro de la cintura entre el perímetro de la cadera.
Los valores normales oscilan entre 0.71 y 0.84 para las mujeres y 0.78 y 0.94 para los hombres, aunque la Organización Mundial de la Salud lo simplifica más considerando unos valores de ICC normales para la mujer de 0.8 y para el hombre de 1. Por encima de estos valores los riesgos para la salud se multiplican, como vamos a ver.
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La obesidad tipo ginecoide es la llamada obesidad extraabdominal o subcutánea, más propia de las mujeres, en las que la grasa se suele acumular por motivos hormonales en cadera y muslos. Pero, por mucho que a nosotras nos preocupe que la grasa se localice en las caderas, la verdaderamente peligrosa es la obesidad androide, también llamada intraabdominal o visceral porque la grasa no se encuentra en el tejido subcutáneo, sino entre las vísceras.
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La obesidad abdominal o visceral se asocia a un mayor riesgo de padecer problemas cardiovasculares y de desarrollar enfermedades como la diabetes mellitus o la hipertensión arterial y no se da sólo en lo que llamaríamos "personas obesas". Cada vez hay más individuos con un peso que, según los baremos establecidos, es correcto para su edad y su altura (de ahí el error de basarse sólo en el IMC) y sin embargo presentan un ICC superior al saludable. Para referirse a estos casos se ha acuñado el término "obesidad central", que indica la acumulación excesiva de grasa en el abdomen cuando esta cantidad no guarda proporción con la grasa corporal total.
Diversas investigaciones han constatado que las personas con obesidad central presentan más riesgo de morir por un evento cardiovascular así como de de morir por cualquier causa que las personas obesas con una distribución de la grasa más favorable. Además, los primeros suelen tener menos masa muscular y menos grasa glúteo-femoral, cuyos efectos protectores sobre el organismo han sido demostrados en diversos estudios. A estos riesgos se suma la escasa motivación de estos sujetos hacia un cambio de estilo de vida más saludable, dado que encuentran que "su peso está bien".
El objetivo de una persona con obesidad central debe ser por tanto redistribuir su peso. En el caso de obesidad visceral con exceso de grasa general, necesitaremos disminución y redistribución del peso.
¿Cómo lo hacemos? Disminuyendo la grasa abdominal y aumentando la masa muscular, para lo cual todos sabemos lo que hace falta: una alimentación sana, más ejercicio y un poquito de ganas de mejorar tu salud.
Así que, ¿a qué esperas? Coge una cinta métrica que tengas por casa, mídete el diámetro de la cintura a la altura de la última costilla flotante y el de la cadera a la altura de la zona más prominente de los glúteos. Ya sólo te queda dividir la primera medida entre la segunda, comprobar cómo está tu ICC y decidir las medidas que vas a tomar al respecto. Como te digo siempre... ¡está en tus manos!
2 comentarios :
Me ha encantado saber eso de q la "grasa glúteo-femoral tiene un papel protector en el organismo"!!!!
Ya decía yo que las cartucheras debían tener alguna finalidad! Si no no se entiende que cada gr de más vaya la mismo sitio!
Pues sí anónimo (aunque supongo que eres anónimA porque somos las mujeres las que tendemos más a acumular grasa en esas zonas), diversas investigaciones han concluido que la grasa glúteo-femoral, al contrario que la abdominal, ejerce un papel protector porque segrega hormonas como la leptina y adiponectina que regulan los niveles de azúcar en sangre y protegen el sistema cardiovascular. ¡Algo bueno debían tener las dichosas cartucheras!
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